Leo en el periódico la noticia del repliegue definitivo de Bosnia Herzegovina por parte del contingente español, tras 18 años de ocupación en el país balcánico en la misión más larga de todas las llevadas por las Fuerzas Armadas Españolas. Nos sé por qué, pero al instante me acuerdo de unos versos de A. E. Housman:
Retornan de la guerra los soldados
con el botín de la ciudad tomada.
Aquí no se permite hacer preguntas:
habéis vuelto y os quedaréis.
Ha llegado la paz, no habrá más guerras.
Sé bienvenido tú, sed bienvenidos todos.
Vuestros caballos pacerán el trébol
y en el establo colgarán las bridas.
No vendrán más inviernos ateridos,
primaveras en las trincheras sucias,
veranos llenos de sudor y luchas
por el Emperador o por el Rey.
Que descanse el corcel, la brida oxídese,
Reyes y Césares se ahorren vuestras pagas.
Soldado siéntate y descansa
por siempre en las tabernas de la noche.
A. E. Housman, 50 poemas, trad. de Juan Bonilla, Sevilla, Renacimiento, 2006.
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