Mientras esperaba a que se encendiera el semáforo, observaba a la chica de la acera de enfrente, que me miraba con ojos felinos. Al ponerse la luz verde, la chica se quedó inmóvil. Tal vez porque mi rostro estaba sonrojado.
publicado en Clarín, 65, (2006).
publicado en Clarín, 65, (2006).
A PESAR DE ESTAR YA EN 2010, ACABO DE DESCUBRIR ESTE MICRORRELATO, SIN DUDA UN ANTICIPADO PARA SU TIEMPO.
ResponderEliminarME ENCANTO, ME FASCINO, ES UNA MARAVILLA.
Te escribe alguien que también escribe de estos.
Oh! Muchas gracias, Daniel.
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