Carreras por la arena,
el susurro del mar en el oído
y el frío del otoño
nos abrazó con fuerza sin dañarnos.
La luna de testigo
envidiaba el momento.
Pisadas en la playa,
huellas que permanecen en la historia
por más que la marea las sepulte.
Publicado en Hesperya, 7, (2008).
Te escribo por aqui porque me da pereza tener que abrir el msn para mandarte un mail. No apruebes el comentario. Me encanta el poema, tron; no lo recordaba y me encanta. Está muy bien esa idea de que el pasado nos pertenece (es decir, "que me quiten lo bailao" pero en poético) y me gusta mucho la concatenación de imágenes, todas muy puras y muy sencillas, pero cargadas de connotaciones. No entiendo por qué decías hoy que no te mola el poema.
ResponderEliminarEn fin, hasta la vuelta.
Supongo que tú dices que no te gusta el poema porque ya ha pasado mucho tiempo desde que lo escribiste o eso parece. Creo que está basado en una vivencia real pero el tema me parece precioso aunque triste.
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