Aprovecho esta plácida mañana de domingo para ordenar en mis anaqueles las revistas literarias. Me encuentro, en el número 7 de la revista Reloj de Arena, con unas traducciones del tristemente fallecido Carlos Pujol sobre unos poemas de Stéphane Mallarmé, de los que dice:
C. P.Esta poesía de circunstancias -cumplidos galantes, versos de abanico, "distracciones de correos"- puede ser inimaginable en muchos poetas de gran talla, pero es muy propia de Mallarmé; el puro juego de la futilidad también deja ver sombras de melancolía, y se divierte tomando a broma lo que él mismo considera un oficio sagrado, que cuando se ejerce a modo de travesura o de rendibú tiene un aire muy cariñoso, entre desolado y burlón.
Lo primero que leí de Carlos Pujol fue la magnífica introducción de Crimen y castigo de Dostoievski: el libro con el que descubrí el placer de la lectura. Una buena edición de Planeta con traducción de Rafael Cansinos Assens.
Sirva esta humilde entrada como homenaje.
Me impresionas. Llevo días dando vueltas a esta frase de Nadezhda Mandelstam: "Aprendí a leer al releer a Dostoievski", y ahora veo que tú también aprendiste a leer a la sombra del ruso. Tengo que buscar esa introducción de CP con urgencia. Gracias por la noticia.
ResponderEliminarMe alegra coincidir contigo. Creo que es el mejor libro después de la Biblia. He leído poco en mi vida, entre otras cosas porque después de leer ese libro a los 18 años pocas cosas me resultan interesantes, además de los clásicos. He intentado volver a leer otras versiones y las he tenido que dejar, son otro libro. Ahora he descubierto las bibliotecas públicas y he pedido esa edición en préstamo a otra ciudad. Pronto volveré a bucear en ese LIBRO.
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