Ayer me levanté temprano para ir al banco. Revisé mi fondo de inversión, que sube más bien poco, y abrí una nueva libreta de ahorros. Después del papeleo y de computar un número de cifras que sigo sin entender, me acordé de unos versos de Roger Wolfe:
GLOSA A CELAYA
La poesía
es un arma
cargada de futuro.
Y el futuro
es del Banco
de Santander.
Me temo que tanto mi futuro como el del señor Wolfe están en las mismas manos.
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