Lo mejor es no pensar en nada,
hundirse en una mañana sin recuerdos
con espuelas que puedan al futuro.
Lo mejor es tenderse, entre los dedos
la margarita de este abril sin hojas,
y darse a la esperanza de lo ido
de lo no porvenir, aunque se agoste.
Busco palabras, frases sin sentido
para hallar lo que fui, no lo que soy
y me clavo las uñas para verme
con mi única verdad: este ahora mismo.
Julio Mariscal, La mano abierta, Sevilla, Renacimiento, 2007.
Hoy es siempre todavía.
ResponderEliminarGran poema, Jose.
ResponderEliminarMe alegra que os guste.
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