miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL HOMBRE SOLO, de Leopoldo Sánchez Torre

EL HOMBRE SOLO


                                        Recordar algo significa verlo
                                       -sólo ahora- por primera vez
                                                          Cesare Pavese


El hombre solo escucha el silencioso
maquinar de la ciudad, el ronco
sucederse de las gentes, como rosas
que la muerte aproxima al sucio hotel.
El hombre solo mide la lentitud
del cuarto, agitado consume
las polvorientas sábanas, escucha,
escucha el hombre solo
un palpitar ajeno y, sin embargo,
familiar: unas cuantas mujeres,
casi casi la misma infiel mujer,
llegan pronto y entran, como nubes,
en la cama. Mujeres como colinas,
como colinas verdes que rezuman
una infancia de luz, fugaz, amarga,
campesina. Con ellas, el hombre solo
conjura la sordidez de la memoria:
recordarlas significa -ahora
que acecha el fin- verlas por vez primera,
naufragar en sus pechos, pero sufrir,
pero sufrir también por vez primera
el dolor duro y eterno de su engaño
(mujer que no traiciona no es mujer).
El hombre solo estruja en el corazón
su memoria, el hombre solo bebe,
el hombre solo vela con ansiedad
el teléfono. Los demás ya no están.
Los demás están muertos.
Es necesario un gesto, callar,
no escribir más, retirarse a vivir
a las negras colinas de la muerte,
comulgar con la muerte.
Descifrar, en la muerte,
la frágil oquedad de su mirada.

Leopoldo Sánchez Torre, Lugares comunes, Sevilla, Renacimiento, 1991. 

2 comentarios:

  1. Un buen poeta que, inexplicablemente, tras dar el espléndido "Lugares comunes", se retiró de la poesía. Siempre confío en que no sea una deserción definitiva.
    Un abrazo.

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  2. Completamente de acuerdo. Ojalá algún día nos sorprenda con un nuevo libro; sería muy bien recibido.
    Un abrazo.

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