Termino de ver la última versión cinematográfica de Sherlock Holmes. Me sobran los puñetazos y el aspecto descuidado de Robert Downey Jr.; prefiero la pulcritud de Peter Cushing, la serenidad Jeremy Brett y, sobre todo, la elegancia de Basil Rathbone. No me gusta nada la pipa, bastante anacrónica; mucho mejor la Peterson´s System de Rathbone o la Calabash de Cushing.
Echo en falta la dirección de Billy Wilder y, sobre todo, su gusto musical: ese magnífico Concierto para violín, Op. 24, de Miklós Rózsa.
Echo en falta la dirección de Billy Wilder y, sobre todo, su gusto musical: ese magnífico Concierto para violín, Op. 24, de Miklós Rózsa.
Fantástico
ResponderEliminarMe alegra que te guste.
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