lunes, 19 de julio de 2010

Jules Renard

13 de octubre de 1888. La elocuencia. San Andrés, clavado en la cruz, predica durante dos días a veinte mil personas. Todos le escuchan, cautivados, pero a nadie se le ocurre liberarle.

28 de mayo de 1889. La amistad de un escritor de talento sería muy provechosa. Lástima que todos los que desearíamos como amigos estén muertos.

25 de septiembre de 1889. Leo novela tras novela, me atiborro, me empacho, me indigesto, a fin de asquearme de sus trivialidades, de sus repeticiones, de sus artificios, de sus convencionalismos, y poder hacer algo diferente.

12 de agosto de 1890. Quizá el escritor que perdurará sea Merimée. En efecto, es el que menos usa las imágenes, esa causa de senilidad del estilo. La posteridad pertenece a los escritores secos, a los estreñidos.

16 de junio de 1891. ¡Parece que esté uno obligado a escribir una novela, como hacer el servicio militar!

11 de junio de 1892
. El talento es como el dinero: para hablar de él no hace falta tenerlo.

22 de enero de 1893. Un escritor conocidísimo el año pasado.

Uno:
-Vendo, luego tengo talento.
El otro:
-No vendo, luego tengo talento.

23 de abril de 1893. Sí, lo sé.Todos los grandes hombres primero fueron ignorados; pero yo no soy un gran hombre, así que preferiría ser famoso inmediatamente.

17 de mayo de 1894. Mi literatura: cartas a mí mismo que os permito leer.

22 de noviembre de 1894. ¡La palabra exacta! ¡La palabra exacta! ¡Qué ahorro de papel el día en que una ley obligue a los escritores a ser precisos!

29 de julio de 1895. Toda nuestra crítica consiste en reprochar a otros que no tengan las cualidades que nosotros creemos tener.

21 de abril de 1896. Si yo tuviera talento, me imitarían. Si me imitasen, me pondría de moda. Si me pusiera de moda, pronto pasaría de moda. Así que más vale que no tenga talento.

14 de mayo de 1897. Ya no disfruto escribiendo. Me he hecho un estilo demasiado difícil.

30 de diciembre de 1899. Qué cómodos son los entierros. Se puede ser huraño con la gente: lo toman por tristeza.

5 de marzo de 1906. La vida es corta, pero el aburrimiento la alarga.

25 de junio de 1906. Poeta nuevo. Memoriza su nombre, porque no se volverá a hablar de él.



Jules Renard, Diario 1887-1910, ed. de Josep Massot e Ignacio Vidal-Folch, Barcelona, DeBolsillo, 2008.

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