VIII
Ahora sí se sabe.
Con palabras mejores o peores estallamos un día.
Cómo chorrea jugosa una ciruela
al morderle la carne. El hombre, en un relámpago,
destila hasta los bordes su jugo amargo o dulce.
Últimos o primeros, al héroe del Calvario,
al pie de Cristo, no preguntes cómo,
si a sabiendas o no, marchan los hombres.
G. M. Hopkins, Poemas, trad. de José Julio Cabanillas, Sevilla, Renacimiento, 2001.
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