RETROSPECTIVA
Atrás quedó la edad de amar a las muchachas.
Atrás quedó la edad de soñar otros días.
Ahora lo que toca es seguir caminando.
Machado lo llamaba "vivir como se puede".
Tantos años perdidos, tantos años ganados...
Tanto esperar un tren que nunca llegaría.
Sonreír con la alegre tristeza del olivo,
según Miguel Hernández.
Ir llamando a unas puertas
que nunca se te abren, que nunca se te abrieron,
que seguirán cerradas idefinidamente.
Tampoco pasa nada. Un día nos iremos
como vinimos.
Y otros llamarán a esas puertas.
Vicente García, Años otoñales, Bajamar, Gijón, 2018.
Un poema, José Luis, que encaja perfectamente con el momento de la vida en el que me encuentro. Os lo agradezco a Vicente por haberlo escrito y a ti por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro que te haya gustado, Eduardo. Un abrazo.
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