No recuerdo la última vez que escribí un poema. Puede que fuera por Navidad, aprovechando los días de vacaciones, o a finales del verano pasado. No lo sé, pero no importa. Después de mucho tiempo he vuelto a escribir (ayer por la tarde) un poema o, al menos, eso pienso yo. No sé cuánto durará su vigencia: si lo desecharé en una semanas, si lo retocaré durante largos años, si servirá de borrador para un futuro poema... No lo sé, no importa. He vuelto a escribir un poema.
CORTINA DE HUMO
En la noche que evoco a mis fantasmas
me preparo una pipa y me acomodo
en una mecedora. Paladeo
entre las bocanadas y vaivenes
el humo del tabaco de Latakia,
sus intensos sabores orientales
que invocan la palabra del poeta.
Silencio. Me sumerjo en la penumbra,
en el abismo de una niebla densa
que brota de la pipa como un hilo
y empantana la estancia con su aroma.
Una apacible fumarada sella
el peso del recuerdo y de la culpa.
Aposento abrumado en la nostalgia,
cuando abro la ventana se liberan
los fantasmas que parten envueltos en el humo.
Muy tuyo. Me alegro que retomes.
ResponderEliminarAbrazos.
Buen poema, sí señor. La espera ha merecido la pena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
R
Vas camino de parecerte a mí en la parquedad escritural. Me ha encantado el poema, y no sólo por el tema. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias a los tres. Vuestros ánimos me ayudarán a tratar mi parquedad escritural, que empezaba a ser preocupante.
ResponderEliminarUn abrazo.