sábado, 31 de octubre de 2009

Un poema para la noche de difuntos

ALEJÁNDOME DEL CORRELATO OBJETIVO


Yo, que he visto a la muerte muy de veras
en la piel amarilla de mi abuelo,
tumbado sobre el lecho y a la espera
de partir con el máximo silencio;

yo, que he visto a la muerte entre los huesos
del cuerpo devorado de mi padre
por las huestes del cáncer del infierno,
un combate de fuerzas desiguales;

yo, que he visto la muerte de mi abuela,
y en mis brazos sentí su último aliento,
con el rictus pacífico y sin queja
del que arriba en el reino de los cielos;

yo, que he visto a la muerte tan de cerca,
acampada a la puerta de mis días,
no mostraré respeto cuando vuelva.
Sin lágrimas será mi bienvenida.

3 comentarios:

  1. Buen poema y trabajado. Toca la fibra

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  2. ¿Y si lo titulas, a lo tu tan querido Elliot, "Cuatro cuartetos" -ya sabes que el título actual no me gusta-? Tendría además su vis cómica, porque en realidad son cuatro serventesios.
    Tú yourself. Nos vemos,
    R

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