martes, 24 de agosto de 2010

Poetas e impostores

Encuentro un ejemplar de Poetas e impostores en el Fontán. Una antología de poetas asturianos de los 90: Leopoldo Sánchez Torre, Vicente Duque, Juan Alfonso Fernández, José Luis Piquero y Pelayo Fueyo. Lo llevo a la tertulia. Javier me dice que sale citado en este libro, concretamente en un poema de Piquero. "Pues no lo he visto", le digo yo. "Es que salen las iniciales de mi verdadero nombre: todavía no tenía seudónimo literario".


ALEGATO MORAL EN RESPUESTA A SU AMIGO J. G. A., QUE LE REPROCHA SU RENCOR HACIA LA VIDA

                         A la memoria de Gabriel Ferrater


Si me inclino a lo umbrío y me seducen
las sombras de la muerte, no pienses que reniego
de la vida o que encuentro placer en la desdicha.
Vivir es más complejo que una engañosa fórmula
de colores y música. Es un arte
que los hombres han hecho impracticable
con sus falsas imágenes de la felicidad.
En ellas la tristeza, en esos ídolos.

Aprender el dolor es necesario
si pretendes vivir, y conocerlo,
y hablarle cara a cara, y entender sus razones,
pues de la vida es propia
la dignidad, que a menudo se alcanza
en la renunciación a prolongar la vida inútilmente.

En cambio tú me hablas de la vida
como un hálito mágico,
en sí misma esplendor y valioso tesoro
que defender con uñas y con dientes,
alta en su propia altura,
bella como belleza que sola se engendrara.
Y denotas -¿por qué?- a quienes han sabido
escoger su destino, no rendirse
a lo que para ti es inevitable:
soportar como un don
una carga humillante hasta la fecha ignota.

La vida en sí no es nada si no hay alguien
a nuestro lado que ame lo que amamos,
y no es vida la ruina, el deterioro físico,
ni la vejez inhóspita y cansina,
sino arrastrarse en medio de insufrible miseria,
huyendo de una muerte hacia otra muerte.
Y el hombre que comprende unos versos y traza
con pulso firme unas pocas palabras
que otros hombres comprenden, está vivo.
Pero si no, está muerto y es absurdo
seguir andando cuando no hay sendero.
Ni es posible vivir en una patria inútil y mezquina,
ni exiliado del mundo incomprensible,
ni faltando el orgullo y la verdad.

Así, en grave gesto, hombres dotados
de avidez por la vida
escogieron la muerte de forma voluntaria;
a ella se enfrentaron, renunciando
con noble dignidad a una existencia
sin amor, juventud, inteligencia, comprensión o respeto,
prefiriendo ese otro
confín del universo donde el silencio es luz mucho más alta
y un consuelo no estar entre los muertos.

de José Luis Piquero.


Poetas e impostores [Antología], introducción de  José Luis García Martín, selección de José Mª Cuesta Abad, Mieres, Versus, 1990

4 comentarios:

  1. Muchacho, lo de poner la pipa siempre no le da a la foto un toque kitsch que ni el paisano de la Libreria Vetusta...? Por cierto, de esa antologia quedan muchos ejemplares en Trabe.
    Nos vemos el domingo.
    Un abrazaco.
    R

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  2. Un poema excelente. Creo que alguna vez tuve el libro entre las manos, no sé si en la tertulia. Habrá que rastrear en librerías o Internet en busca de otro ejemplar.

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  3. Me alegra que os guste el poema, muchachos.

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  4. Pues a mí no me gusta mucho. De hecho lo suprimí cuando hice mi poesía completa. Pero gracias por resucitarlo. Me ha hecho pensar en tiempos pasados.
    Un abrazo.

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