viernes, 30 de octubre de 2009

Recomendaciones II

Ayer por la tarde un amigo mío, colega de versos, después de leer mi entrada "Recomendaciones" me envió un e-mail llamándome mentiroso. Decía que yo siempre ando recomendando los mismos autores: que si Wilde por aquí, Housman por acá, Eliot por allá. Que si me pongo pesado con Cereijo, lo mismo que con Martínez Mesanza y no menos con Wolfe, ... que si no callo la boca con el "triunvirato asturiano" de Almuzara, Fueyo y Piquero... y qué decir de los Panero: Juan Luis y Leopoldo (padre, claro), que parece que ya formo parte de la familia. En definitiva: que soy un pesado. Y es verdad, estos nombres son dignos de recomendar a cualquiera; siempre y cuando el cualquiera tenga un mínimo de gusto literario. Por ejemplo, si estos nombres se los citas a unos anónimos redactores de un blog de crítica literaria -de cuyo nombre no es que no quiera acordarme es que sencillamente no me acuerdo- que pulula por la red, seguro que son incapaces de ver la grandiosidad que hay tras los versos de estos insignes apellidos. Y es que, a veces, la mediocridad ciega, y mucho.

Esto me recuerda que hace años -creo que unos cinco- Sofía Castañón me pidió que recomendara tres libros en su programa "Señalados". Para ser políticamente correcto, recomendé un libro por género. Pic-nic, de Arrabal; Cuentos, de Oscar Wilde y Autopsia, de José Luis Piquero. A día de hoy, los seguiría recomendando; e incluso añadiría El fin de semana perdido -del que daré cuenta otro día-, en el que Piquero completa su magnífica Autopsia.

A continuación ofrezco, sin que valga de precedente, una lista de la que para mí es la mejor obra de los autores antes citados:



-Oscar Wilde, La importancia de llamarse Ernesto, trad. de Luis Antonio de Villena, Madrid, Visor,1995.
-A.E. Housman, A un joven atleta muerto, trad. de Juan Bonilla, Valencia, Pre-Textos, 1995.
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T. S. Eliot, Cuatro cuartetos, trad. de José María Valverde, Madrid, Alianza, 1999.
-José Cereijo, Las trampas del tiempo, Madrid, Hiperión, 1999.
-Julio Martínez Mesanza, Europa, Sevilla, Renacimiento, 1986.
-Roger Wolfe, Días sin pan, Sevilla, Renacimiento, 2007.
-Javier Almuzara, Constantes vitales, Madrid, Visor, 2004.
-Pelayo fueyo, Parábola del desertor, Madrid, Hiperión, 1997.
-José Luis Piquero, Monstruos perfectos, Sevilla, Renacimiento, 1997.
-Leopoldo Panero, Escrito a cada instante, Granada, Comares, 2007.
-Juan Luis Panero, Juegos para aplazar la muerte, Sevilla, Renacimiento, 1984.


3 comentarios:

  1. Joder, muchas gracias por lo que me toca.
    Pero tendremos que pelearnos: siempre antepondré "La tierra baldía" a los "Cuatro cuartetos". (Por cierto, que Gil de Biedma dividía a los lectores entre los que preferían uno u otro. Él era de los cuartetos).
    Un abrazo:
    JLP

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  2. ¡Juan Luis Panero lee tu blog!

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  3. JLP no pertenece exclusivamente a Juan Luis Panero.Hablo de otro poeta con las mismas iniciales en la entrada.

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