LA VÍSPERA Cada cinco de enero. La última semana de colegio. La noche antes de un viaje. Todo viernes. La tarde del ya lo verás mañana. Hasta un libro de texto el día que lo compras. Un sobre sin abrir. El primer paso fuera del hotel. Navidad en verano. El instante en que sabes que se va a desnudar. Un regalo aún envuelto. La victoria, tan limpia, sobre el mapa. Los besos, cuando no eran para ti. Y peor todavía: lo que quisiste ser. Ahora compara. Rodrigo Olay, La víspera, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2014
Este martes, 20 de mayo, a las 19:00 horas, en la librería Cervantes de Oviedo, se presentará el nuevo libro de Rodrigo Olay, La víspera (La Isla de Siltolá, 2014). En el acto intervendrá Leopoldo Sánchez Torre, profesor de la Universidad de Oviedo.
Este miércoles, 14 de mayo de 2014, en el Club de Prensa de la Nueva España, Cristian David López presenta su edición de Reflexiones y epifonemas, de Rafael Barret. Intervendrán Ángel Alonso y Walberto Giménez Rojas.
"No acabo de entender a esos tipos que van de universidad en universidad dando charlas y contando cómo escriben sus poemas: es como ir por ahí contándole a todo el mundo cómo le haces el amor a tu mujer." Philip Larkin
Philip Larkin, Poesía reunida, ed. de Damián Alou, trad. de Damián Alou y Marcelo Cohen, Barcelona, Lumen, 2014.
La era de los poetas menores se acerca. Adiós Whitman, Dickinson, Frost. Bienvenidos aquellos cuya fama jamás traspasará la frontera de vuestros familiares cercanos, y tal vez un par de buenos amigos congregados después de la cena ante una jarra de áspero vino tinto... mientras los niños se caen de sueño y se quejan del ruido que haces al revolver los cajones buscando tus viejos poemas, temeroso de que tu mujer los haya tirado a la basura después de la última limpieza general. Está nevando, dice alguien que se ha asomado a la oscuridad de la noche, pero también él se vuelve hacia ti mientras te preparas para leer, con gesto algo teatral y las mejillas enrojecidas, ese largo y divagante poema de amor cuya estrofa final (que desconoces) se ha perdido sin remedio. Sobre un poema de Aleksandar Ristovic
Charles Simic, El mundo no se acaba, ed. de Jordi Doce, Madrid, Vaso roto, 2013.
Este viernes, 2 de mayo a las 19:00 horas en la librería-café Santa Teresa de Oviedo, se presentará la nueva novela de Marcelo García; autor de El Efecto mariposa en los tiempos del wolframio (Hontanar, 2008), El culto (Septem, 2009) e Instrucciones psicóticas para no seguir en época de crisis (Septem, 2009). El acto será presentado por Antonio Fernández Insuela.
EURÍDICE A ORFEO UN CUADRO DE LEIGHTON ¡Dame tan sólo a mí esa boca, esos ojos, esa frente! Una vez más consiente que me absorban. Una mirada más que me unirá a su seno para siempre: no saldré de este fulgor, por más que espere oscuridad en torno. ¡Cuida de mí de nuevo en ese límite de la inmortal mirada!, todo horror que fue, su olvido, y todo pánico que venga, su afrenta. Ni pasado ni futuro tengo:¡mírame!
Robert Browning, La licencia y el límite, trad. de Carlos Jiménez Arribas, Barcelona, DVD ediciones, 2005.
Esa extraña sensación de regresar a un lugar después de muchos años, recuperar un hábito pasado, y, de pronto, tener la impresión de que apenas ha transcurrido el tiempo, de que todo sigue en el mismo sitio. Volver, como digo, al establecimiento donde uno pasaba las tardes de los sábados con un libro, un poco de tabaco y una pinta de cerveza. Entrar, como tantas otras veces, con la luz de un farol esperándote a que te acomodes y empieces la lectura de los poemas de David Rosenmann-Taub. Algo, coincidiendo en Viernes Santo, muy adecuado.
GENETRIX
Acabo de morir: para la tierra soy un recién nacido. de David Rosenmann-Taub
David Rosenmann-Taub, El duelo de la luz (Antología de Cortejo y Epinicio), ed. de Álvaro Salvador y Erika Martínez, Valencia, Pre-Textos, 2014.
"Vive o muere". Creo que eso sólo puede decirlo una persona con la suficiente personalidad como para saber cruzar las piernas, lanzarte una mirada penetrante y fumarse un cigarrillo como si estuviera al margen del mundo. Hay mujeres que tienen estilo, y Anne lo tenía.
Anne Sexton, Vive o muere, trad. de Julio Mas Alcaraz, Madrid, Vitruvio, 2008.
Mañana, a eso de las 19:00 horas, estaré
recitando poemas junto a Javier Almuzara, Catarina Valdés, Cristian
David López y Ana Vega, entre otros. Como si de trovadores medievales se
tratase ya que será para amenizar un acto de moda en el palacio más
antiguo de la ciudad: Rua 15.
A veces, sin saber muy bien cómo, el libro que quieres leer y ni siquiera sabes de su existencia te está esperando, escondido entre un montón. El día que surge el milagro es para recordarlo. El pasado viernes en una de las librerías de viejo de mi ciudad, rebuscando en entre un montón de libros me llamó la atención un ejemplar de Jill, de Philip Larkin. Desconocía por completo la obra novelística de este autor, que siempre me ha resultado simpático por esa cara de chiste que tenía. Enseguida eché un vistazo a la contraportada y, tratándose de su primera novela, escrita con 21 años, y que retrata la vida de un estudiante de provincias en el Oxford de los años de la II Guerra Mundial, no dudé en llevármelo. Por lo que he visto por encima, la novela parece bastante entretenida; tiene su gracia, como el rostro de su autor.
Philip Larkin, Jill, trad. de Marcelo Cohen, Barcelona, Lumen, 1990.
Leyendo el último libro de Antonio Manilla, encuentro el secreto de mi dicha en el poema "Beatus ille": Afortunado quien, sin odio ni acritud, goza de una existencia en paz, no conoce enemigos ni ambiciones y se dedica a cultivar un blog.
Antonio Manilla, Broza, Valencia, Pre-Textos, 2013
Te vestías de blanco jugando a ser metáfora de ti, dando cuerpo a la niebla hecha jirones por la que discurrías. Te vestías de un blanco sin historia, porque en tu vida todo estaba aún por escribir y tú misma eras página absorta en la inminencia. Te vestías de un blanco fragilísimo: el color del que un día nada ve por llevar, tembloroso, en su interior un exceso de luz.
Cualquier persona al uso suponía que entre cuatro paredes encerrabas un alma tibia, sin devastaciones, tú que sabías del horror más íntimo, que amabas la belleza más voraz y aquella soledad de estar con todo.
Contra el decir que traza huecos gestos y la existencia gris, desposeyéndose;
contra la rancia fe del que no duda y la razón armada de razón, fantasma o niebla, ven y hazme olvidar los Higginson de siempre. Entra en el blanco silencio del papel. Háblame. Escucho. Sólo atento a tu ardiente bruma al fondo.
Leo Cartas de cumpleaños, de Ted Hughes en la traducción de Luis Antonio de Villena. Creo que la palabra "conmovedor" es la que mejor define este libro. Hughes apenas habló o emitió comentario público sobre el suicidio de Sylvia Plath. Hizo algo mejor: escribió este extenso volumen de poemas, sobre su relación con la autora de Ariel, a lo largo de su vida. Una lenta elegía, desgarradora e intensa; tanto o más como fue su matrimonio.
At your sixtieth birthday, in the cake´s glow, Ariel sits on your Knuckle.
Ted Hughes
Ted Hughes, Cartas de cumpleaños, trad. de Luis Antonio de Villena, Barcelona, Lumen, 2013.
Después de siete años asistiendo al recital de Valdediós, me temo que no podré asistir en esta edición, titulada Entre sin llamar, y que participarán los poetas: José Cereijo, Alba González Sanz, Esther García y Diego Álvarez Miguel. Yo me lo pierdo, pero ustedes no se lo pueden perder.