martes, 5 de octubre de 2010

Pipa, de Chema Madoz


Encuentro en la revista El Maquinista de la Generación una fotografía del artista Chema Madoz. Fantástica, realmente brillante e ingeniosa. ¿Una pipa o un saxo? Magnífico juego de perspectiva y de imaginación.

domingo, 3 de octubre de 2010

Miguel Ángel Velasco, descanse en paz.



Recibo la trágica noticia de la muerte repentina de Miguel Ángel Velasco: uno de los poetas más singulares de los últimos 30 años. Descanse en paz.

               ESQUELA

Que te llegase a oídos
era mi extremo empeño en la hora sola.

Era escribir: lo siento,
me estoy muriendo, hermana.
-¿Cuántas veces he muerto?-. Y la razón
con mi caligrafía,
qué poco era, vida seca
del corazón cifrando su sangría
como la aguja cifra en el diagrama
el flujo de los pulsos.

Y para no cejar te conjuraba
en tu rostro de gozo.

Apretaba los párpados
para exprimir del fondo
de tus ojos muy fijos como dos signos locos,
su hondo fuego de vino; y, más allá,
la noche a cal y canto. 
                                           30.IX.08


             ÁNIMA DE CAÑÓN

¿Qué será cuando el día se congele
con la detonación de nuestra carga
en el hueco del tiempo?

¿Cuando nos engatille
la del cuerpo mayor,
la fusilera Hécate,
con la espingarda de la luna
en desvelo de caza,
de la que ser su blanco;
o a contraluz de un sol que se comprima
en una carabina, en su mirilla,
y al fondo nuestra liebre, un punto trémulo
del túnel frío que se estreche en nada?

¿Saldrá el alma
soñándose fogueo, en expansión
reversible su posta, hacia una luz
que nos funda en su seno?

¿Se alzará en perdigones, loco polen
de plomo y extrañeza,
al encuentro del cáliz de la noche?

¿O quedará sin más amartillada,
de este lado el tímpano,
soldada a su calibre,
sin dar siquiera un humo leve el ánima?

Ambos poemas son de su último libro  Ánima de cañón, Sevilla, Renacimiento, 2010.

viernes, 1 de octubre de 2010

Función de la crítica, por T. S. Eliot



Leo la obra ensayística de T. S. Eliot: sencillamente fantástica. De las muchas ideas provechosas, me quedo con las siguientes:

"Una función de la crítica -y no me refiero a los grandes críticos ni a los clásicos de la crítica, sino preferentemente al que escribe una reseña, antes de manera anónima y ahora con más frecuencia con la publicidad de la firma, aunque rara vez con la satisfacción de que se le pague mejor-, una función de la crítica, repito, es actuar como una especie de engranaje que regula el coeficiente de cambio del gusto literario. Cuando el engranaje se atasca y los críticos que escriben las reseñas se quedan paralizados en el gusto de la generación precedente, hay que desmontar inexorablemente la máquina y volverla a montar; cuando el engranaje patina y el crítico acepta la novedad como criterio suficiente de la excelencia, es necesario parar la máquina y reajustarla. El efecto de una y otra deficiencia en la máquina es que se provoca una división entre los que no ven nada bueno en lo nuevo y los que no ven nada bueno en todo lo que no sea nuevo: de esa forma, se acelera la vetustez de lo antiguo y la excentricidad e incluso charlatanería de lo nuevo. Ese fallo de la crítica tiene también como efecto situar al escritor serio ante una disyuntiva: o escribir para un público demasiado numeroso o escribir para un público demasiado reducido. Y lo curioso es que el resultado de una y otra opción es recompensar lo efímero."

Fragmento extraído de "Los clásicos y el hombre de letras". Alocución presidencial en la Asociación Clásica de Cambridge, 15 de abril de 1942.


T. S. Eliot, Criticar al crítico, trad. de Manuel Rivas Corral, Madrid, Alianza, 1967.

lunes, 27 de septiembre de 2010

José Luis Roca: un maestro de la vida

Ayer, cuando estaba trabajando, hacia las 12:30 am, me llegó un sms comunicándome la aparición de un artículo sobre José Luis Roca en el diario La Nueva España. Tengo buenos recuerdos de la mayoría de profesores de la Facultad de Filología; en especial, de José Luis Roca: de él guardo los mejores. Sus clases se alejaban de las del resto de docentes. No seguía ningún manual en concreto, ni tampoco  dictaba unos apuntes rancios de datos y más datos, sino que trasmitía las ideas que no alcanzan a entrar en las páginas de un manual de Historia de la Literatura Hispoanoamericana.  Roca me enseñó a amar y a mimar los libros: no sólo las obras, sino los ejemplares en sí. No conozco un profesor que cuide tanto sus anaqueles ni que posea una biblioteca tan organizada; y eso que la biblioteca de José Luis Roca es cuantiosa: supera los 30.000 volúmenes. Sus clases, sencillamente, eran geniales. No todos los alumnos comparten mi opinión, seguramente serán más bien pocos. Pero, en mi caso, aprendí más con José Luis Roca (de literatura , de los entresijos de ésta, del mundo universitario, de los libreros, del trabajo...) que con ningún  otro profesor. Como decía mi compañero Pablo Mier: "Roca es más que un profesor de literatura, es  un maestro de la vida".


sábado, 25 de septiembre de 2010

Variación de "Elogio del regreso"

Leyendo la entrada "Elogio del regreso" en el blog Fantasmas hospitalarios de Miguel Ángel Gómez, me vienen a la mente unos versos de Byron que he leído hace poco:

"Pues donde tú estás no puedo morar,
Me aliviará estar, donde tú has estado."
                                                                 Lord Byron

viernes, 24 de septiembre de 2010

Los vicios de moda

"En Inglaterra los vicios de moda son ir de putas & el bebercio, en Turquía, la Sodomía & la fumadera, nosotros preferimos una chica y una botella, ellos una pipa y un efebo."

Lord Byron en  "Carta a Henry Drury",
Fragata Salsette. 3 mayo 1810
en los Dardanelos frente a Abidos



Lord Byron, Cartas y poesías mediterráneas, ed. de Agustín Coletes Blanco, Oviedo, Krk, 2010.

martes, 21 de septiembre de 2010

NO PENSAR, de Julio Mariscal

Lo mejor es no pensar en nada,
hundirse en una mañana sin recuerdos
con espuelas que puedan al futuro.
Lo mejor es tenderse, entre los dedos
la margarita de este abril sin hojas,
y darse a la esperanza de lo ido
de lo no porvenir, aunque se agoste.
Busco palabras, frases sin sentido
para hallar lo que fui, no lo que soy
y me clavo las uñas para verme
con mi única verdad: este ahora mismo.

Julio Mariscal, La mano abierta, Sevilla, Renacimiento, 2007.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Un día de noticias

 Anthony Close

Por la mañana recibí la triste noticia del fallecimiento de Anthony Close, posiblemente uno de los mejores cervantistas de todos los tiempos. Gracias al profesor Emilio Martínez Mata, los alumnos de la Universidad de Oviedo conocen buena parte de su trabajo investigador. También la Cátedra Alarcos tuvo la gentileza de invitarlo a la facultad en varias ocasiones para que los estudiantes disfrutaran del conocimiento del profesor de Cambridge.  Desde aquí, mi más sincera condolencia.
Al mediodía me entero de que Julio Rodríguez ha ganado el Premio Ciudad de Mérida de Poesía. Enhorabuena.
Y para terminar la jornada, después de llegar del trabajo, descubro que Julio Martínez Mesanza ha vuelto a colgar una entrada en su blog. Se le echaba en falta.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Descanse en paz


Regreso del trabajo y me encuentro con la triste noticia del fallecimiento de José Antonio Labordeta. Era un buen hombre: ya sea con la boina y la mochila a cuestas o desde los escaños del Congreso. Siempre nos quedarán sus versos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

W. B. Yeats

Llevo meses leyendo la Poesía Reunida de Yeats, traducida, espléndidamente, por Antonio Rivero Taravillo. Dejo aquí un vídeo maravilloso: "Por las saucedas abajo".


jueves, 16 de septiembre de 2010

Malcolm Lowry


Navegando por la red, me he encontrado esta página dedicada al escritor Malcolm Lowry. Magnífico blog para adentrarse en su vida y obra:

malcolmlowry.blogspot.com

viernes, 3 de septiembre de 2010

Revista El Alambique


BRINDIS DE BIENVENIDA

Queridos/as amigos/as:

Nace aquí una nueva tertulia impresa cuyo principal objeto no es otro que aportar a la compleja dinámica del mundo nuestras más apasionadas y lúcidas palabras.
No menos importante será recordar en cada una de sus citas semestrales a quienes, al margen del aplauso o del silencio con que fueron recibidos hasta ahora, nos antecedieron en este saludable e inevitable pasatiempo de cuestionarse honradamente en alta voz.
Si en algo podremos ser siempre ricos los poetas (ya lo dijo Bécquer) es en la capacidad de guardar fielmente la memoria de cuanto hayamos vivido. Y puesto que la realidad no es más que el grado de ilusión con que cada uno la interpreta, brindemos desde hoy por el magnífico escenario que sin duda levantaremos entre todos cuando nos atrevemos a vivirla para y con los demás.

Agustín Porras, director de la revista El Alambique.


Desde aquí les deseo mucha suerte y estaré, semestralmente,  a la espera.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL HOMBRE SOLO, de Leopoldo Sánchez Torre

EL HOMBRE SOLO


                                        Recordar algo significa verlo
                                       -sólo ahora- por primera vez
                                                          Cesare Pavese


El hombre solo escucha el silencioso
maquinar de la ciudad, el ronco
sucederse de las gentes, como rosas
que la muerte aproxima al sucio hotel.
El hombre solo mide la lentitud
del cuarto, agitado consume
las polvorientas sábanas, escucha,
escucha el hombre solo
un palpitar ajeno y, sin embargo,
familiar: unas cuantas mujeres,
casi casi la misma infiel mujer,
llegan pronto y entran, como nubes,
en la cama. Mujeres como colinas,
como colinas verdes que rezuman
una infancia de luz, fugaz, amarga,
campesina. Con ellas, el hombre solo
conjura la sordidez de la memoria:
recordarlas significa -ahora
que acecha el fin- verlas por vez primera,
naufragar en sus pechos, pero sufrir,
pero sufrir también por vez primera
el dolor duro y eterno de su engaño
(mujer que no traiciona no es mujer).
El hombre solo estruja en el corazón
su memoria, el hombre solo bebe,
el hombre solo vela con ansiedad
el teléfono. Los demás ya no están.
Los demás están muertos.
Es necesario un gesto, callar,
no escribir más, retirarse a vivir
a las negras colinas de la muerte,
comulgar con la muerte.
Descifrar, en la muerte,
la frágil oquedad de su mirada.

Leopoldo Sánchez Torre, Lugares comunes, Sevilla, Renacimiento, 1991. 

jueves, 26 de agosto de 2010

LO IMPERDONABLE

Si olvidáis los amigos, burla hacéis del artista,
pobre comprensión dais al genio más profundo,
Dios sabe perdonarlo; pero nunca perdona
que perturbéis la paz de los amantes.


Hölderlin, Poemas, trad.de Luis Cernuda, Sevilla, Renacimiento, 2002.

martes, 24 de agosto de 2010

Poetas e impostores

Encuentro un ejemplar de Poetas e impostores en el Fontán. Una antología de poetas asturianos de los 90: Leopoldo Sánchez Torre, Vicente Duque, Juan Alfonso Fernández, José Luis Piquero y Pelayo Fueyo. Lo llevo a la tertulia. Javier me dice que sale citado en este libro, concretamente en un poema de Piquero. "Pues no lo he visto", le digo yo. "Es que salen las iniciales de mi verdadero nombre: todavía no tenía seudónimo literario".


ALEGATO MORAL EN RESPUESTA A SU AMIGO J. G. A., QUE LE REPROCHA SU RENCOR HACIA LA VIDA

                         A la memoria de Gabriel Ferrater


Si me inclino a lo umbrío y me seducen
las sombras de la muerte, no pienses que reniego
de la vida o que encuentro placer en la desdicha.
Vivir es más complejo que una engañosa fórmula
de colores y música. Es un arte
que los hombres han hecho impracticable
con sus falsas imágenes de la felicidad.
En ellas la tristeza, en esos ídolos.

Aprender el dolor es necesario
si pretendes vivir, y conocerlo,
y hablarle cara a cara, y entender sus razones,
pues de la vida es propia
la dignidad, que a menudo se alcanza
en la renunciación a prolongar la vida inútilmente.

En cambio tú me hablas de la vida
como un hálito mágico,
en sí misma esplendor y valioso tesoro
que defender con uñas y con dientes,
alta en su propia altura,
bella como belleza que sola se engendrara.
Y denotas -¿por qué?- a quienes han sabido
escoger su destino, no rendirse
a lo que para ti es inevitable:
soportar como un don
una carga humillante hasta la fecha ignota.

La vida en sí no es nada si no hay alguien
a nuestro lado que ame lo que amamos,
y no es vida la ruina, el deterioro físico,
ni la vejez inhóspita y cansina,
sino arrastrarse en medio de insufrible miseria,
huyendo de una muerte hacia otra muerte.
Y el hombre que comprende unos versos y traza
con pulso firme unas pocas palabras
que otros hombres comprenden, está vivo.
Pero si no, está muerto y es absurdo
seguir andando cuando no hay sendero.
Ni es posible vivir en una patria inútil y mezquina,
ni exiliado del mundo incomprensible,
ni faltando el orgullo y la verdad.

Así, en grave gesto, hombres dotados
de avidez por la vida
escogieron la muerte de forma voluntaria;
a ella se enfrentaron, renunciando
con noble dignidad a una existencia
sin amor, juventud, inteligencia, comprensión o respeto,
prefiriendo ese otro
confín del universo donde el silencio es luz mucho más alta
y un consuelo no estar entre los muertos.

de José Luis Piquero.


Poetas e impostores [Antología], introducción de  José Luis García Martín, selección de José Mª Cuesta Abad, Mieres, Versus, 1990

lunes, 23 de agosto de 2010

El "New Criticism" norteamericano


Me encanta comprar libros de segunda mano; sobre todo los que traen el Ex-libris del anterior propietario, o el sello de la librería donde fue adquirido, o alguna dedicatoria, o, simplemente, la fecha de la compra. Últimamente, en los libros que consigo en una librería de lance de Gijón, me encuentro con recortes de periódico de los años 70, siempre referidos al libro en sí. Debían pertenecer a un lector atento, al que agradezco su detalle. 


T. S. Eliot, Criticar al crítico, trad. de Manuel Rivas Corral, Madrid, Alianza, 1967.
Guillermo de Torre, "El New Criticism norteamericano", en ABC, 17-septiembre, 1970.

viernes, 20 de agosto de 2010

El hombre que fue jueves


Cada año adquiero menos libros en la Semana Negra; los puestos son más pobres en cada edición. En la de este verano, salvo unos ejemplares para regalar, sólo me compré El hombre que fue jueves de Chesterton, y por recomendación de un amigo, que me sugirió la edición de Júcar (traducción de Alfonso Reyes). Curiosamente, Renacimiento acaba de reeditar esta misma edición. No soy muy devoto de las novelas policiacas (con excepción de Conan Doyle) y por eso he demorado tanto la lectura de la que dicen es la novela más popular de Chesterton; autor que tampoco tenía el gusto de haber leído y que no podía permitir su ausencia en mis anaqueles. Y, por lo visto, no me he equivocado al elegir la obra para iniciarme en el peculiar autor inglés. Una novela policiaca, pero distinta a cualquier otra del género; intrigante y, a la vez, hermosamente paradójica; dinámica, pero con grandes dosis de pensamiento metafísico y existencialista; entretenida y alegórica a partes iguales; filosófica y sorprendente en cada línea. En definitiva, una obra que me ha deslumbrado y que, seguramente, no será la última de Chesterton que lea.

G. K. Chesterton, El hombre que fue jueves, traducción y prólogo de Alfonso Reyes, edición de Felipe Benítez Reyes, Madrid, Júcar, 1991.